viernes, 7 de febrero de 2014

REFORMATEO DEL PORFOLIO Y OFERTA



          
           El proyecto consiste en crear una relación entre cocineros y ciudadanos mediante un elemento común: la receta. La pantalla actúa como nexo entre ambos, estableciendo una relacion a través de los ingredientes que componen las recetas. Compartir una receta, algo lo su cientemente complejo como para interesarnos; ya que, armoniza gustos, alimentos y economía para llegar al resultado deseado:un recetario común.

              En el comer se descubre la vida social donde los ritos contemporáneos manifiestan las prácticas sociales de la comida, manejando un código simbólico que describe el lugar de convivencia. Así, la mesa se convierte en el lugar donde aparece la regularidad de las comidas, acarreando inmediatamente la temporalidad de las mismas, pues los individuos se reúnen a horas predeterminadas para comer. En tal dirección, el banquete va dibujando un esquema determinado de orden a la hora de comer. La socialización exige una serie de modales que son sometidos a los principios estéticos y sociales del comer, que van desde la forma correcta de tomar el cuchillo y el tenedor hasta los temas adecuados para conversar en la mesa. La socialización de la comida implica no solo saciar el apetito sino que también exige una satisfacción estética, producto del entorno social que envuelve al individuo. 



                La sociología de la comida hace del espacio una trayectoria situacional que replantea el papel de la ciudad, del campo, la casa, el departamento, el restaurante, etc., como lugares sociales que, por un lado, comunican las diferenciaciones en los modos de comer y por el otro, acentúan la diversidad espacial, social y demográfica de los participes. Ambas connotaciones permiten construir la arquitectura social del banquete, la casa de María Langarita.


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